A pesar de que el uso de THS disminuyó rápidamente hace aproximadamente una década, dicho descenso se ha estabilizado, y solo en el Reino Unido y EE.UU. hay cerca de 6 millones de mujeres siguen este tratamiento. Además, las directrices existentes de la OMS, en EE.UU. y en Europa sobre THS no mencionan el cáncer de ovario y los estudios previos habían sido demasiado pequeños para evaluar de forma fiable los riesgos de su consumo durante un periodo corto de tiempo.
Lo que ahora publica este grupo internacional, coordinado por la Universidad de Oxford, y en el que han participado más de 100 investigadores de todo el mundo, es el análisis de los datos de los participantes individuales de 52 estudios. Y los resultados han mostrado que hubo un aumento significativo en el riesgo de desarrollar cáncer de ovario en las usuarias actuales o recientes (es decir, las mujeres que habían tomado THS durante los últimos 5 años), y que a pesar de que dicho riesgo se redujo con el tiempo después de interrumpir el tratamiento, aquellas que habían usado THS durante al menos 5 años tenían un leve aumento en el riesgo de cáncer de ovario 10 años más tarde.
Además, los investigadores dicen que el efecto de la THS sobre el riesgo de desarrollar cáncer de ovario es el mismo para los dos tipos principales de terapia de reemplazo hormonal –terapias que contienen solo estrógeno o las que combinan estrógeno y un progestágeno-. Asimismo, el aumento proporcional en el riesgo no se vio afectado significativamente por la edad en la que se comenzó a tomar THS, el tamaño corporal, el uso previo de anticonceptivos orales, histerectomía, el consumo de alcohol o de tabaco o los antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario.
El estudio ha visto también que de los 4 tipos principales de cáncer de ovario existentes, el incremento en el riesgo se observó únicamente para los dos tipos más comunes (cánceres ováricos serosos y endometrioides), y no para los dos menos comunes.
Para otro de los investigadores, Dame Valerie Beral, también de la Universidad de Oxford, «el riesgo definitivo de cáncer de ovario, incluso con un consumo de menos de 5 años de THS, está directamente relacionado con los patrones actuales de uso - la mayoría de las mujeres siguen la terapia durante menos de dos años- y tiene implicaciones para revisar las directrices actuales».
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