En esta ocasión no ha habido ningún contratiempo que retrasara el inicio de la prueba. El jueves, la detección de un barco en la zona de seguridad, el viento, y finalmente un problema en una válvula del tanque de combustible obligaron a posponer la prueba de la nave que sustituirá a la flota de transbordadores (shuttle), jubilados en 2011.
La nave Orion ha dado dos vueltas a la Tierra, recorriendo casi 100.000 kilómetros. La máxima altitud que ha alcanzado ha sido 5.800 kilómetros.
En el interior de la cápsula están todos los datos y mediciones que recabe durante la prueba, que serán utilizados por los científicos para mejorar su diseño y hacer la nave más segura. Y es que aún habrá que esperar varios años hasta que los astronautas estrenen la cápsula(está previsto que los primeros vuelos tripulados se hagan en 2021).
Durante el test de hoy se han probado sistemas críticos de seguridad, así como el potente escudo contra la radiación que envuelve la nave. Este tipo de componentes serán imprescindibles en las futuras misiones de larga duración, como a Marte, para intentar proteger el cuerpo de los astronautas de la intensa radiación a la que estarán sometidos cuando viajen durante meses por el espacio.
El regreso a la Tierra constituye la fase más difícil de la prueba.Durante la reentrada en la atmósfera, la nave viaja a una velocidad de unos 32.000 kilómetros por hora y está envuelta en una cortina de plasma que alcanza temperaturas de hasta 2.200ºC. Durante esa fase, se pierde la comunicación con la nave.
La cápsula Orion tiene unas medidas de cinco metros de diámetro por 3, 3 metros de altura. En ella podrán viajar cuatro tripulantes (uno más que en las misiones Apolo). Sin embargo, en viajes más cortos, como a la Estación Espacial Internacional, podría llevar hasta seis personas.
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